miércoles, 18 de agosto de 2010

LA SOCIEDAD OGBONI


‘O-gboni’. La ‘o’ es la vocal inicial requerida por todo nombre yoruba. ‘Gbo’ es una forma modificada de ‘ban’ (espíritu), ‘gb’ es una forma cerrada de la ‘b’ labial y la ‘o’ es un sustituto de las dos vocales ‘au’. ‘Ni’ es una contracción de ‘uni’ o ‘eni’ (personas o seres). ‘Ogboni’, por lo tanto, significa ‘aquellos que poseen los espíritus (de los antepasados)’ o ‘la forma encarnada de los espíritus de los antepasados’. Este es el título de los ancianos de la comunidad.
Mucho se ha escrito y dicho sobre LA SOCIEDAD OGBONI,y al parecer de un tiempo a esta parte empieza a aparecer como abejas en un panal muchos articulos hablando sobre esta sociedad pero lo cierto y en esto no caben dudas es que esta sociedad esta radicada en Ilé-Ifé, Osogbo... y se dedica a practicar uno de los cultos más antiguos, basado en la preservación del espíritu de la tierra. Para los Yorubas la tierra es sagrada porque fue lo primero que creó el orisha Oddúa, por lo que los Ogboni enseñan como tratar a la misma de la mejor manera para mejorar su producción y así respetar el legado que Oddúa les dejó.
Otra de las actividades de la sociedad Ogboni es la de detectar las ofensas hechas al espíritu de la tierra para luego penalizar rigurosamente a los culpables. Las ceremonias hechas por esta mística agrupación se realizan en un sitio sagrado y están signadas por la presencia de abundantes ofrendas y el toques de 4 tambores rituales que llevan por nombre Agba. Gracias a su poder espiritual, los Ogboni han podido escalar posiciones a nivel social y político, diferenciándose entre los demás gracias a un ornamento que los identifica, un bastón llamado Edán hecho de hierro y en cuyos extremos resaltan dos figuras, una femenina y otra masculina.
La creencia fundamental de los OGBONI en relación con esta adoración es que ellos están activamente en contacto con el mundo espiritual, que los espíritus de los difuntos de los antepasados todavía tienen un interés activo en los asuntos de sus descendientes, y el contacto entre los dos puede ser muy real, para bien o para mal.
La sociedad descansa sobre una fuerte base psicológica. Primero de todo, ellos son el producto de la aplicación del instinto gregario. La necesidad del instinto de conservación y de la comunidad, estimula fácilmente este instinto, especialmente en una comunidad donde el sentimiento tribal es fuerte y seguro y es garantizado por miembros de un grupo reconocido. En segundo lugar, el instinto de auto-alegría tiene como resultado la inteligencia para los otros miembros del grupo. El sub-grupo siempre exige el conocimiento esotérico y el poder oculto que negaba a los demás. En tercer lugar, el instinto de curiosidad está siempre despertado por estas sociedades, con el resultado de que los no iniciados son empujados a buscar ser admitidos en las sociedades donde o cuando sea posible.
A esta sociedad pertenecen todos los jefes y personas importantes de la comunidad. La admisión a ella está abierta a todo hombre libre y confiere una medida de honor y dignidad. Cuando muere un miembro de la asociación sus familiares tienen que pagar gran cantidad de dinero y dar otros regalos a los restantes miembros de la asociación para la celebración de las ceremonias necesarias. El entierro es a veces retrasado por la incapacidad de los familiares de dar los regalos a su tiempo, y por ello se causa mucho contratiempo para todos sin excepción. A los no iniciados, les está prohibido tocar al cadáver, y así indirectamente se presiona a los familiares para que se apresuren a conseguir los regalos para verse libres de la inconveniencia de una rápida descomposición del cadáver en un clima cálido. De aquí la canción que es oída con frecuencia de los parientes del muerto:
Otalelegbeje ro gba
Omo re a san ligbehin O.
La gran cantidad que tu has recibido
Será pagada algún día por tus hijos.
Esto significa que los mismos regalos dados a los miembros supervivientes de la asociación Ogboni por los familiares del miembro muerto, tendrán que ser pagados por los hijos supervivientes del miembro cuando muera cada uno de los receptores.
Escribiendo sobre el tema de las costumbres funerarias Yoruba en “Crónica Nigeriana” bajo el seudónimo de ‘Adesola’, Mr. Feyisara Sopein, un nativo de Abeokuta que ha estudiado el tema profundamente, escribe así:
“Otalelegbeje es 1460 cauríes o 36 filas y media. No se ha pretendido interpretarlo literalmente... El importe es para hacer etutu (sacrificios propiciatorios) para el muerto; las provisiones para alimentar a los miembros cuando se reúnen. No hay nativo que no pertenezca a alguna de estas asociaciones. Algunos pertenecen a varias y el rango de un hombre se considera según la asociación o asociaciones a las que pertenece. Cualquier importe que quede después que se han hecho los gastos necesarios es distribuido entre los miembros y a cada individuo se le da una parte, en proporción a su categoría oficial. El disfrute de este beneficio es considerado como una deuda acumulada para cada individuo e impone una obligación a sus hijos para hacer una contribución similar a la asociación en los funerales de sus padres a su muerte. Esta canción repetida en los funerales, es para que tengan siempre en la memoria este hecho. Esta es tanto una sociedad secreta, política y social. De hecho es la principal cámara consultiva del rey para todas las materias y sus principales miembros forman un gabinete. Ellos hacen al cadáver muchos ritos masónicos. En su camino hacia la casa en luto, ellos hacen sonar una alarma con sus tambores de varios tamaños y sonidos, del estado, para que todas las mujeres o los hombres no iniciados puedan evitar su presencia tanto en la calle como en la casa de luto... Durante el tiempo de exposición del cadáver, continúan golpeando sus tambores a intervalos mientras el cadáver sigue de cuerpo presente cuando van a hacer su etutu. Al mismo tiempo se les provee generalmente de vino de palma y cerveza nativa. A los miembros se les llama a veces Oshugbo....
Los ritos y ceremonias son llevados a cabo tanto en la ciudad como en el monte. Las ceremonias celebradas en la ciudad son precedidas por una proclamación de confinamiento de mujeres y los no iniciados. Esto se hace por medio de tocar las notas Ogboni en el tambor y el heraldo grita “He-e-e-pa! He-e-e-pa! ¡¡He-e-e-e-e-e-pa-ri-pa!! Wo o firi ko m’oju kuro!!” (¡¡Esto es Te-r-r-r-or! ¡Te-r-r-r-or! ¡Te-r-r-r-or! ¡Atrévete a mirar

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